Además del rediseño, desarrollamos para Meryl la nueva estrategia de marca. Esta consistía en generar una reputación dentro del sector textil, orientándose al mercado final mediante mecanismos como el co-branding, para después consagrarse como una “marca ingrediente” reconocida y valorada por el usuario.
Se optó por el tacto como elemento diferenciador, puesto que funciona como un atributo emocional y es el valor conector entre el producto y la experiencia de usuario común en todos sus productos. Apoyamos estas premisas con un lenguaje visual sobrio, sin elementos decorativos y relacionado con el mundo de la moda, tratando de actualizar elementos y composiciones clásicas, además del uso de materiales de calidad y acabados con referencias al tacto con el objetivo de fortalecer el mensaje principal.